Me quedé mirándola fijamente, hipnotizada por lo hermosa que estaba aquella noche. Parecía que no quería dejar que nadie se fijara en otra cosa que no fuera ella. Tan alta e imponente, desde la lejanía.
Embelesada me apoyé en la barandilla, absorta en mis pensamientos, contemplando los diminutos puntos que brillaban en aquel oscuro cielo.
![]() |
Qué bonito es el Universo cuando le miras a los ojos. |
Las palabras ‘insignificante y diminuta’ siempre me venían a la mente cuando pensaba en la inmensidad del Universo, tan infinito y etéreo. Y esa curiosidad que llevo siempre encima por si acaso, salió a demostrarme que quería respuestas.
Respuestas al cómo, por qué, cuándo. Respuestas a la vida y a lo que no es vida. Respuestas sobre el Universo, sobre la Tierra, y sobre la Luna. Y bueno, ¿por qué no? También quería respuestas sobre mí misma.
Pero la verdad es que yo sólo pregunto. Ya decidirá la vida si me responde o no. Porque, quiera o no, hay preguntas que no tienen respuesta.
Luna Plateada