martes, 25 de septiembre de 2012

4000 rpm

Aquella noche hacía demasiado calor como para quedarse en casa. Me apresuré en terminar de recoger la ropa para vestirme e ir un rato a la playa. Al cabo de 10 minutos ya estaba lista y con las llaves del coche en la mano. El coche estaba a 35 grados y parecía imposible conducir en aquellas condiciones, pero a mí no me importaba en absoluto; me encantaba conducir. Entré al coche, me descalcé y palpé con los dedos el embrague y el freno. 

Encendí el coche, puse la primera, quité el freno de mano y encendí las luces. Apreté ligeramente el acelerador, el coche me respondía mientras quitaba el embrague con suavidad.
Segunda. La brisa que llegaba del mar entraba por la ventana y me revivía.
Tercera. No había nadie por aquellas carreteras del infierno, el tiempo parecía haberse detenido.
Cuarta. La velocidad era adictiva, cada vez aceleraba más. Con la punta de los dedos empujaba el acelerador lo suficiente como para que las revoluciones llegaran a 4000.
Quinta. Había adquirido la fea costumbre de revolucionar demasiado el coche para cambiar, todo para poder escuchar cómo el motor daba lo mejor de sí. Ya no quedaba mucho para llegar hasta aquella playa perdida a la que me gustaba ir en mis ratos libres.
Cuarta. Tercera. Notaba como la inercia del cuerpo me empujaba hacia el cristal.
 Segunda. Ya había llegado a su destino. Primera. Freno de mano.

Apagué las luces, puse la marcha atrás y apagué el motor. Salí descalza del coche, no me apetecía esclavizar mis pies. La luna llena iluminaba toda la playa. Las olas rompían con fuerza en la orilla.  Me senté en la arena.

Sentada allí, me daba cuenta de la rapidez con la que pasaba la vida. No puedes detenerte, nadie va a esperar por ti, y menos la vida. Es como si el acelerador estuviera pisado y el motor de la vida no parara de revolucionarse, sin llegar a cambiar nunca de marcha.

Luna Plateada


4 comentarios:

  1. Tienes razón en eso de que la vida no va a esperar por ti y pasa tan deprisa...
    Me ha gustado leerte.

    P.D.- A mí también me gusta conducir, jeje.

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  2. El último párrafo está genial!! Y el texto también...
    Qué linda es la sensación de velocidad, me encanta...
    Saludos

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  3. Escribes limpio y transmites. La luna plateada embellecé el ambiente.
    SALUDos

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