-Puedes, sé que puedes - le dije a mi hija.
-Pero mami, me da mucho miedo. Quiero dormir aquí, contigo y con papi. - me dijo ella con sus enormes ojos verdes, muy parecidos a los de su abuela.
Después de un momento, le pregunté:
-¿Quieres que te cuente un truco para cuando tengas miedo? - Y me agaché hasta ponerme a su altura y le agarré sus pequeñas manos.
-Lo llamo Expecto Patronum. Se trata de lo siguiente: cuando tengas mucho miedo o estés muy triste, tienes que pensar en algo que te hace muy feliz. Recuerdos felices. Por ejemplo, cuando papi te llevó a aquella heladería gigante que tenía un parque para jugar dentro. ¿Te acuerdas?
-¡Siii! Me acuerdo -contestó la niña alegremente.
-Lo llamo Expecto Patronum. Se trata de lo siguiente: cuando tengas mucho miedo o estés muy triste, tienes que pensar en algo que te hace muy feliz. Recuerdos felices. Por ejemplo, cuando papi te llevó a aquella heladería gigante que tenía un parque para jugar dentro. ¿Te acuerdas?
-¡Siii! Me acuerdo -contestó la niña alegremente.
-O cuando vamos todos los veranos a casa de los abuelos y vas a la playa a jugar. ¿A que eso te hace feliz?
-Si, mucho. Ojalá viviéramos en esa isla mágica - me respondió con una sonrisa. Le acaricié el pelo y le pregunté:
-¿Crees que podrás recordar momentos felices?
-Pues claro mami, tengo muchos - dijo ella mirándome mientras sonreía de nuevo y se le formaba un hoyuelo.
-Perfecto, entonces te acompaño a la habitación para ayudarte con el Expecto Patronum - le dije mientras me levantaba. Ella se quedó mirándome y me dijo con mucha seguridad:
-Mami, tengo que hacerlo yo sola. Yo puedo.
Me quedé mirando a esa pequeña personita que no llegaba al medio metro, y me pregunté cómo era posible que tuviera esa fuerza interior.
-Está bien - accedí - buenas noches. - Y le besé la frente. Ella sonrió y se fue hacia su habitación, encendió la luz, se metió en la cama y volvió a pagarla. Yo me quedé esperando, por si me necesitaba, como hacemos todos los que tenemos hijos: Esperar a que nos necesiten. Tras varios minutos de silencio, volví a mi habitación. Al irme, escuché los inicios de una feroz batalla entre los monstruos y mi pequeña:
-Expecto Patronum… ¡Expecto Patronum!
Luna Plateada
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