Como siempre, él no viene. No está ahí cuando más le necesita. Y ella se decepciona una vez más, como tantas otras. Sigue llorando y llorando, casi perdiendo la consciencia del tiempo y del espacio. Y de pronto, alguien aparece en la puerta, pero ella es incapaz de ver a esa persona porque tiene los ojos atestados de lágrimas. Se quita las lágrimas con la manga de la camisa y se sorbe los mocos. Es él.
Se acerca y le acaricia la cara. Luego la estrecha entre sus brazos, y ella gime, mientras le caen muchísimas lágrimas por la cara.
-Estoy aquí – le susurra al oído.
Y de pronto, nota que le duele todo el cuerpo, y que la figura de él se desvanece. Se había quedado dormida en el suelo del baño, llorando, como tantas otras noches.
Se levanta, se alisa la ropa, y se mira en el espejo. Ve a una chica que está sufriendo y que pide a gritos que la salven, pero nadie la escucha.
Se moja la cara y se va, con otra decepción más, como cada día.
Luna Plateada
.....y si seguías soñando? quizás así encontrarías respuestas, encontrarías paz. Saludos coleguita. :)
ResponderEliminarSólo podemos salvarnos nosotros mismos
ResponderEliminarSiempre ocurre cuando se espera algo de alguien. Mejor vivir sin esperar nada, las decepciones duelen menos.
ResponderEliminarGenial post, es muy real.
Abrazos.
Ese tipo es en si una decepción, debería alejarse. ¿Sera que el amor nos vuelve estúpidos? O mas bien, eso no es amor.
ResponderEliminarMe gusta mucho los giros que sabes a darle a las historias, besos ♥
Que hermosa entrada, me ha encantado. Encontre tu blog y me parece precioso, te sigo y me pasare muy a menudo por aqui ♥
ResponderEliminarUn besito guapa
PLacer leerte Me encantan los escritores de minirelatos.
ResponderEliminarVolveré